🌟 Mi despertar, depresión postparto, y nació LE BON BEE
Me encontré repentinamente viviendo en Aruba, un país muy cerca del mÍo, Venezuela, pero no era mi país. Acababa de ser mamá, estaba sola de lunes a viernes, con mi hija en brazos y una vida completamente diferente a la que había conocido. Muy bello si, hermosa isla, cero stress, pero rotando entre vivir acompañada de mi mamá, de mi exsuegra o de la tia de mi Exesposo. Sin mi familia, ni mis amigos, ni mis rutinas, ni mi ocupación como contadora que siempre había ejercido, ni mis espacios, ni mis paisajes, mi gente, ni mi casa, etc... ni mi esposo, que se iba de lunes a viernes a Caracas, y ya se pueden imaginar en que termino todo... Y en medio de esa soledad, hubo un momento en el que me dije a mí misma: "tengo que despertar".
Como mamá primeriza, pasaba muchas horas observando y cuidando cada detalle de mi hija. Y en ese proceso, me observé a mí misma. Mis labios siempre estaban resecos, la exposición a diferentes cambios de clima, y quizás también la falta de descanso nocturno, la tristeza de estar acompañada pero sola. Usaba productos que prometían cuidarme, pero nada funcionaba. Era horrible ver como sangraban, y se resquebrajaban, no encontraba solución, Así empece a prestar atención a los ingredientes de mis labiales, fue impactante cuando descubrí que el factor común de esos productos era que estaban llenos de ingredientes tóxicos que, lejos de ayudarme, me hacían daño.
Ese fue mi despertar. Entendí que no podía conformarme. Si quería darle lo mejor a mi hija y a mí misma, tenía que crear algo diferente, algo real. Ahí nació la semilla de lo que hoy es LE BON BEE una marca que no maquilla para tapar, sino para resaltar lo mejor de cada mujer, sin comprometer su salud.
Mi hija había nacido en Estados Unidos, así que me fui hacerle un chequeo con su pediatra, decidí que darme un mes, entonces tomé una decisión clave: convertir mi testimonio en una empresa con bases sólidas. No fue fácil: era un país nuevo, con reglas nuevas, empezando de cero. Pero entendí que si quería que LE BON BEE creciera, necesitaba estructura, planificación, visión empresarial. Y así, desde la vulnerabilidad más grande de mi vida, huyendo a las infidelidades y faltas de mi Exesposo, decidí darle forma a mi compañía que había nacido el mismo día que mi hija Charlotte, casualmente quedó registrada el mismo día. Hoy factura, crece, y me recuerda cada día que la transformación comienza cuando una mujer decide despertar.
Mi historia no es solo mía. Es la historia de muchas mujeres que un día sienten que tienen que reinventarse. Mi marca es más que maquillaje: es conciencia, confianza y amor propio en un envase. Y todo comenzó en Aruba, en aquel momento en que me dije: Veru, es hora de despertar!.